Desmantelado clan explota inmigrantes:
Agentes de la Policía Nacional han desarticulado, con cuatro detenidos, un clan familiar que operaba a través de un entramado de empresas de eventos con sedes en La Línea de la Concepción y Jimena de la Frontera. Se les acusa de emplear a trabajadores extranjeros en situación de vulnerabilidad, muchos de ellos irregulares. También se les imputa realizar contratos fraudulentos o tenerlos sin contrato. Se han intervenido grandes cantidades de dinero.
Desmantelado clan explota inmigrantes es el titular que resume esta operación. Trata de seres humanos con fines de explotación laboral, delitos contra el derecho de los trabajadores, favorecimiento de la inmigración clandestina, blanqueo de capitales y pertenencia a grupo criminal. Estos son los presuntos delitos que se les imputan a los cuatro detenidos. La operación de la Policía Nacional se inició en enero para desarticular la actividad ilícita de un entramado empresarial de la comarca, controlado por una misma familia.
Según ha explicado la Policía Nacional, se han realizado cuatro entradas y registros simultáneos en domicilios y naves industriales de La Línea. También se intervino una vivienda en Jimena, donde se localizaron grandes cantidades de dinero en efectivo, dispositivos electrónicos y abundante documentación.
La investigación comenzó tras conocer la posible explotación de trabajadores en situación irregular. La empresa implicada es una conocida firma de eventos de la zona, que había obtenido adjudicaciones públicas en distintos municipios andaluces al presentar ofertas por debajo del valor base de licitación.
Operaban con distintas sociedades que acumulaban deudas y luego quedaban inactivas. Posteriormente, creaban nuevas empresas para continuar operando y eludir sus obligaciones legales y fiscales. Para abaratar costes, empleaban a trabajadores extranjeros en situación de especial vulnerabilidad, muchos de ellos irregulares. También contrataban a trabajadores nacionales en condiciones fraudulentas, con contratos parciales o sin contrato alguno.
Les obligaban a trabajar hasta 12 horas diarias sin descanso y a estar disponibles de forma permanente. Llegaban a encadenar más de 14 días consecutivos de trabajo, sin recibir alimentos ni bebida, y durmiendo en furgonetas en condiciones insalubres. Los que protestaban sufrían vejaciones e insultos.
Además, no contaban con medidas de prevención de riesgos laborales. Esta situación provocó algunos accidentes de diversa gravedad. En esos casos, los responsables de las empresas les instaban a acudir por su cuenta a centros sanitarios y a ocultar que se trataba de accidentes laborales.
También se pudo constatar el estado de deterioro de muchas de las atracciones utilizadas por estas empresas de animación. Esta situación provocó accidentes entre los usuarios. Los cuatro detenidos han pasado a disposición judicial. Han quedado en libertad con prohibición de salir del país tras la retirada de sus pasaportes.
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